El Principito. A. Saint Exupery
Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste: -Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol… -Tendremos que esperar… -¿Esperar qué? -Que el sol se ponga. Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste: -Siempre me creo que estoy en mi tierra. |
-¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde añadiste:
-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol